ANTROPOLOGÍA UNSCH
58 AÑOS DE VIDA INSTITUCIONAL
Cuando las huellas de las pisadas calan en la superficie sabremos que tanto nuestros actos, discursos, prácticas y sentidos se mantienen en el tiempo.
El aniversario se impone en el correr de los días para anunciar una agregación festiva, académica, cultural y reflexiva a la cuenta iniciada un 8 de octubre de 1958. Los diálogos sobre la reapertura de la Universidad Nacional de San Cristóbal de Huamanga se transformaron en ecos convocantes de intelectuales y futuros estudiantes procedentes de Ayacucho, Apurimac, Huancavelica y Huancayo. Es así que en el Ayacucho de los mediados del siglo XX la universidad vino a constituir la punta de la lanza de la modernidad.
La institucionalización de la antropología ayacuchana estuvo a cargo de una pléyade de intelectuales. En el inicio por Luis G. Lumbreras, José María Arguedas, Efrain Morote Best, Luis E. Valcarcel, Gabriel Escobar Moscoso. Años más tarde, la llegada de investigadores externos retroalimentaría los sentidos de la antropología como Tom Zuidema. Quien centró su interés en el estudio de los problemas etnohistóricos de la región del río Pampas. Introdujo el estructuralismo y la orientación de Levi-Strauss. Con un grupo de estudiantes, en el que participan John Earls “Categorías estructurales en la cultura andina”, Ulpiano Quispe “La herranza en las comunidades de Chuqui Huarcaya y Huancasancos”, Salvador Palomino “Sistema de oposiciones en la comunidad de Sarhua” y Edmundo Pinto “Estructura y función de la comunidad de Tomanga”. Son algunas de las tantas producciones de conocimiento situado. La presencia de Carlos Iván Degregori, Enrique Gonzáles Carré, Abilio Vergara coadyuvaron al desarrollo de la antropología local.
Las configuraciones del contexto político, histórico y social transformarían las formas de hacer antropología como en las políticas de desarrollo y modernización, la reforma (y post) agraria, el conflicto armado interno, la globalización, etc. dan cuenta de la resiliencia desarrollada por la institución para adecuarse a los cambios en la sociedad local, nacional y global.
Son 58 años de vida institucional las que cumple la Escuela de Formación Profesional de Antropología Social de la UNSCH. La trayectoria desempeñada es producto de múltiples docentes y alumnos que dinamizaron los debates, las reflexiones sobre los presupuestos teóricos, el cultivo de tradiciones intelectuales y la producción de conocimiento. Resaltamos la idea de institución porque visibiliza el esfuerzo de los actores sociales por la apuesta de una comunidad intelectual, la suma de voluntades y, sobre todo, la continuidad y pertinencia de las investigaciones en una región muy compleja.
Sin embargo, existen muchos dilemas, impasses y retos que, como institución, nos encaran, nos tocan y nos instan a la acción. Nuestra mirada localizada, las recientes líneas de investigación, las distancias existentes entre docentes y alumnos, las débiles articulaciones con las otras comunidades antropológicas, los contados espacios de debate y producción intelectual, las limitaciones a los andamiajes teóricos contemporáneos (libros), y la formación teleológica. Son aguas que bañan nuestros terrenos provocando desfases, pero que pueden ser resueltos si aunamos los esfuerzos dispersados.
Quiero agradecer profundamente a aquellas personas que siguen apostando por la continuidad de la institucionalidad. A Edmundo Pinto, Ulpiano Quispe Mejía, Manuel Mayorga Sánchez, Freddy Ferrúa Carrasco, Walter Pariona Cabrera, Lucio Sosa Bitulas, Filomeno Peralta Izarra, Fermín Rivera, Mario Maldonado Valenzuela, Pilar Bejar, Marcial Apaico Alata, Yolanda Juarez y Mariano Aronés. Docentes, maestros (as), colegas y entrañables amigos (as). Del mismo modo a los estudiantes de todas las sangres .